Antonio Fernández Ram
SAN CLEMENTE - CUENCA
ALDEA DE LOS RATONES
Aldea totalmente abandonada y en estado ruinoso


















AYUNTAMIENTO NUEVO
San Clemente es un municipio situado en el suroeste de la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Es cabeza de partido judicial. Históricamente se conocía la comarca como la Mancha Alta, dentro de la Mancha de Montearagón, topónimo este que provendría del hecho de que los castellanos que viajaran hacia Valencia (que ya había sido conquistada por Jaime I de Aragón en 1238) "montaban" (subían) hacia Aragón, al pasar por este territorio, situado a mayor altitud.
San Clemente dispone de un amplísimo patrimonio histórico, por lo que fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1980,1 así como dos monumentos declarados Bienes de Interés Cultural: La Casa Consistorial2 y la Iglesia de Santiago Apóstol.3
ÍGeografía física[editar]
Está situado en el sur de la provincia de Cuenca, a 102 kilómetros de la capital provincial, a orillas del río Rus y en la convergencia de las autopistas A-43 y AP-36. Se alza a 722 metros sobre el nivel del mar.
El relieve de su término municipal es predominantemente llano, característico de La Mancha Conquense Baja, comarca de la que es la población más importante.
Un pequeño exclave municipal (Santiago de la Torre) está atravesado por el río Záncara y queda entre los municipios de Las Pedroñeras y El Provencio
Municipios limítrofes[editar]
Noroeste:La Alberca de ZáncaraNorte:Santa María del Campo RusNoreste:El Cañavate, Cañada Juncosa, Atalaya del CañavateOeste:El ProvencioEste:Vara del ReySuroeste:El Provencio, VillarrobledoSur:VillarrobledoSureste:Casas de Fernando Alonso, Casas de los Pinos
Clima[editar]
San Clemente tiene un clima templado de tipo mediterráneo continentalizado, lo que provoca inviernos muy fríos y veranos muy calurosos. Los vientos dominantes son el solano (del este) en verano, el cierzo (del noroeste) en invierno y el ábrego (del suroeste) durante todo el año.
Las precipitaciones suelen ser escasas, ya sean en forma de lluvia, o en forma de nieve en invierno. Se producen principalmente durante la primavera y el otoño. En ocasiones las lluvias aparecen en verano en forma de grandes tormentas aisladas. Dada su altitud suele nevar algunos días entre diciembre y marzo.
Temperaturas en San Clemente entre los años 2000 y 2010. Fuente SIAR,4 elaboración propia
Como consecuencia de estas escasas precipitaciones, las inundaciones en San Clemente han sido muy raras. Se tienen constancia de sólo dos grandes inundaciones:5
Noviembre de 1972. El 1 y 2 de noviembre el río Záncara, provocó daños en las poblaciones de El Provencio y San Clemente, a causa de una importante avenida que destruyó tapias, viviendas, hundió un puente y fue necesario evacuar estas poblaciones.
Septiembre de 1979. Del 12 al 18 de septiembre, y debido a las fuertes tormentas, los ríos Rus y Riánsares sufrieron avenidas a su paso por las localidades de El Cañavete y Corral de Almaguer. Se registró un caudal de más de 25 m3/seg. Se produjo el corte de la carretera Honrrubia-San Clemente. Quedaron señales de altura del agua en las casas de El Cañavete.
Hidrografía[editar]
El municipio de San Clemente es atravesado por el Río Rus, que también cruza por el paraje de Rus (del que toma el nombre). Este río desemboca en el río Záncara. Por ello, el término de San Clemente se encuentra en la cuenca hidrográfica del río Záncara, afluente del Guadiana.
Naturaleza[editar]
Flora y Fauna[editar]
ZEPAs de Cuenca. Las dos zonas de la n.º 24 corresponde a San Clemente
En el término de San Clemente existe una variedad de aves importante, pero de población reducida que debe ser protegida. Por ello, existen dos áreas identificadas de protección: la ZEPA nºES390 y la IBA nºES185.
La Zona de especial protección para las aves (ZEPA, con código número ES00003906) abarca diversos términos municipales de la provincia de Cuenca, pero principalmente en el término de San Clemente. Esta ZEPA Esteparia fue reconocida en 2004, protegiendo 10 677,81 hectáreas. Está dividida en dos subzonas, mucho más amplia la del norte.
La importancia de la zona radica en una variada y bien equilibrada representación del conjunto de especies típicamente esteparias, destacando las abundantes colonias de cernícalo primilla (las más importantes de la provincia) y las zonas de pastizales y eriales ocupadas por pteróclidos reproductores. Se trata del segundo núcleo de importancia para la avutarda a nivel provincial. También alberga las poblaciones de alondra de Dupont en estepas más térmicas de la provincia.7
Existen algunos ejemplares de águila imperial ibérica en el entorno, por lo que el Programa de Conservación del Águila Imperial Ibérica solicitaba, en un listado de 200 medidas, la ampliación de la ZEPA de San Clemente.8
El Área importante para las Aves (IBA, Important Bird Area) n.º ES185 se extiende entre Villarrobledo y San Clemente. Tiene un total de 103 000 hectáreas con los criterios A1, B2, C1, C2, C6. Importante para las poblaciones de aves esteparias, especialmente Cernícalo Primilla (95 parejas reproductoras), Avutarda Común (37-120 parejas reproductoras), Sisón Común (al menos 2500 parejas reproductoras), Ganga Ibérica (mínimo 150 parejas reproductoras), Ganga Ortega (100 individuos), Alcaraván Común (abundante).9
Historia[editar]
Artículo principal: Historia de San Clemente
Prehistoria y Época Romana
Los testimonios arqueológicos que rodean la Villa de San Clemente marcan los inicios de su andadura, tanto en la Edad del Bronce Medio (1500 a 1250 a.C), con restos en la Morra de Rus y el Cerro del Toril, como en la época Celtibérica (en la que destaca un poblado celtíbero).
Durante la Época Romana (republicana e imperial) aparece el Puente Romano construido para flanquear el río Rus. Esta obra es un magnífico puente de tres arcos de fábrica de sillar siendo el mejor conservado de todos los puentes romanos de la provincia. También hay constancia de un miliario de la vía Segobriga-Carthago Nova que pasaba por la actual Villa.
De la época Tardorromana (s.III y IV d.C) se aprecian restos pertenecientes a antiguas villas romanas, el descubrimiento de un fuste de columna visigoda, decorada con motivos geométricos sobre la caliza, nos demuestran también el paso de este pueblo visigodo. Dicho fuste se puede reconocer como parte integrante de un cancel perteneciente a una antigua basílica visigoda.
Época musulmana y nacimiento de la villa
Cuenta la tradición que en un altozano de la llanura del término de San Clemente, a ocho kilómetros al norte de la villa y cerca del nacimiento del río Rus, existió una población goda que veneraba una Virgen; con motivo de la invasión musulmana, la ocultó en una cueva excavada en la roca, para evitar su profanación. En dicho paraje se instaló posteriormente una población mora, de cuyo asentamiento quedan ruinas. Corresponden a varios paramentos de mampostería pertenecientes a los muros de una fortaleza rural, y que están derrumbados a los pies del actual torreón-palomar (del siglo XIX). Una vez reconquistado este territorio por huestes cristianas, un pastor halló la imagen de la Virgen en una cueva popularmente conocida como de la Mora, al pie de dicho castillo. La Virgen, Virgen de Rus por el nombre del paraje donde fue encontrada, es hoy la Patrona de San Clemente, estando construida su ermita a los pies de la mencionada fortaleza.
El nombre actual de la villa le viene de uno de aquellos caballeros que se estableció en sus campos, llamado Clemente Pérez de Rus, nombre que indica la procedencia o naturaleza de dicho hidalgo (el Castillo de Rus), población anterior a la fundación de San Clemente.
Siglos XIII y XIV
La conquista de Cuenca y Alarcón por Alfonso VIII y la posterior derrota de los almohades en las Navas de Tolosa en 1212, es la causa directa de la anexión de San Clemente y su territorio a Castilla.
Dependiente de Alarcón pasa con ella a formar parte del Marquesado de Villena y vivirá sus muchas vicisitudes, bajo el señorío de los Manuel, primero y más tarde de los Infantes de Aragón, pasando finalmente a manos de Don Juan Pacheco, Maestre de la Orden de Santiago y primer Marqués de Villena.
Siglos XV y XVI
En aquellos tiempos de la reconstitución política de los pueblos bajo el patrocinio de los reyes, todos aspiraban a la autonomía e independencia de los señoríos mediante fueros y carta-pueblas, y uno de ellos fue San Clemente, consiguiendo, con fecha 10 de diciembre de 1445, que Don Juan Pacheco lo elevase a Villa, título que le reconocieron Juan II de Aragón y Navarra y Enrique IV de Castilla.
Un hecho importante en la historia de San Clemente radica en la guerra que mantuvieron los Reyes Católicos contra los seguidores de Beltraneja, aspirante al trono que ostentaba Isabel la Católica entre los años 1476-1479, entre cuyos seguidores se encontraba Don Diego Pacheco, Marqués de Villena. En este enfrentamiento, el pueblo de San Clemente decidió apoyar a Isabel la Católica y se revela contra el poder del Marqués de Villena. Una vez finalizada la guerra con victoria para el bando isabelino, el apoyo que San Clemente le brindó le sirvió para que los Reyes Católicos decidieran incorporar la villa de San Clemente a la corona, haciéndola de realengo y otorgándole la independencia de la villa de Alarcón; recibiendo la visita de los Reyes Católicos el 9 de agosto de 1488, visita en la que, como gesto de gratitud por el apoyo prestado, confirmaron los privilegios que anteriormente les habían otorgado, jurando “de facer guardar y facer mandar guardar todas las cosas y mercedes y privilegios que tenía dicha villa”.
La ya ciudad alcanza su máximo esplendor durante el periodo que va del siglo xv a la primera mitad del siglo XVI, fechas en las que la zona se repuebla y experimenta un gran desarrollo agrícola y alcanzando una población superior a los dos mil habitantes. En estos años, San Clemente destaca por la riqueza y extensión de sus tierras lo que fue atrayendo a multitud de nobles, hidalgos, campesinos y religiosos. Fijan su asiento en San Clemente, en casas de artísticas portadas, rematadas por sus escudos de armas, las principales familias hidalgas de la comarca, cuyos apellidos han quedado reflejados en la relación de pueblos del Obispado de Cuenca, entre los que cabe destacar a la familia Haro, cuyos importantes miembros dejaron muestra en varios edificios de su paso por la población.
A tenor de todo este esplendor, dice Torres Mena que se consideró a la villa de San Clemente como capital de la Mancha Alta, llamada de Aragón o Montearagón, denominándola la Pequeña Corte Manchega.
Siglos XVII y XVIII
Pero al igual que toda la región, y en general en toda la España interior, a comienzos del siglo XVII experimenta los primeros síntomas de decadencia. Entre sus causas hay que señalar las consecuencias de la guerra de los moriscos de Granada, una gran plaga de langosta, una tremenda epidemia de peste y el excesivo poblamiento, todo ello combinado con un descenso de los rendimientos agrícolas y una ganadería limitada por el escaso número de pastos propios y por su exclusión en los circuitos de la trashumancia.
San Clemente se revitalizó durante la segunda mitad del siglo XVII al transmutar su estructura económica agraria en una economía de servicios tanto administrativos como comerciales y artesanales. La población estuvo gobernada por un corregidor y veinte regidores, el último corregidor, al establecer el régimen municipal, era Diego López de Haro, señor del barrio de San Sebastián.
Durante la Guerra de Sucesión, fue cuartel del general Duque de Berwich, mostrando con insignes hechos de armas a su lealtad a Felipe V, quien le concedió el título de “Muy Noble, Muy Leal y Fidelísima Villa”.
Siglos XIX y XX
Ya en el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), fue localidad muy trabajada por los franceses, ya que aquí mandó Napoleón situar a la división Frère, con órdenes de reforzar a los destacamentos de Moncey que operaba en Valencia y de Dupont, que se hallaba en Andalucía. Sin embargo, como atestiguan varios correos y despachos interceptados a los franceses, la división Frére no pudo realizar su cometido por la magnitud de recorridos y la dificultad de comunicaciones así como por los padecimientos que le infringieron los pobladores de San Clemente, entre los que destacó el héroe local Bibiano Hellín, al que cita Pérez Galdós en los Episodios Nacionales.
Una vez finalizada la contienda, en el año 1814, San Clemente quedó señalado como uno de los once partidos judiciales de la provincia de Cuenca, junto a los poblaciones de Cuenca, Huete, Iniesta, Belmonte, La Roda, Requena, Cañete, Priego, Buenache y Tarancón.
El progreso económico e industrial que supuso el ferrocarril a partir de mediados del siglo XIX por las ciudades por donde pasaba, no afectó a San Clemente. Las clases altas de San Clemente (nobleza, iglesia, funcionarios, etc.) no vieron con buenos ojos la revolución social que suponía el ferrocarril, que facilitaba el acercamiento de las distintas clases sociales.
A partir de ese momento, la villa renacentista quedó anclada en el pasado y aislada en el interior de La Mancha del avance industrial del Levante y norte de España.
Durante la Guerra Civil Española se construyó en San Clemente un campo de aviación o aeródromo. Se estableció allí la 3ª escuadrilla del grupo 12 de bombarderos Tupolev SB-2 (katiuska) y algunos cazas biplanos rusos Polikarpov I-15, los chatos.



ARCO PLAZA MAYOR
Popularmente llamado así aunque no es tal, sino una obra del siglo XVII. Es un arco de medio punto que enlaza las esquinas de la Iglesia con el edificio de la Casa de Cultura, cerrando la Plaza Mayor en ese extremo. Sobre el arco, un enorme remate entre dos volutas circulares de gran tamaño y extraordinario diseño, coronado por un frontón partido circular con pináculo central labrado con las armas de la villa, por la cara con vista a la Plaza Mayor.
Estilo barroco, sólo con decoración por uno de sus lados, el que da a la Plaza Mayor. Unía los edificios de la parroquia y la antigua Audiencia Real. Dentro de un cartucho entre pilastras se aprecia el escudo de armas de la villa. Rematado por dos volutas de gran tamaño, un frontón roto y pináculos a ambos lados.








CASTILLO DE SANTIAGO
El Castillo de Santiago de la Torre es una fortaleza medieval que se encuentra en la aldea homónima, que tras su desaparición fue anexionada al municipio de El Provencio por su condición de cabeza de partido judicial. Se sitúa al suroeste de la provincia de Cuenca, en pleno centro de la región de Castilla-La Mancha, España. Se encuentra en una llanura, a la orilla de un pequeño puente sobre el Río Záncara, junto a un cruce de caminos entre las poblaciones de San Clemente, Las Pedroñeras, El Provencio y Belmonte.
Es una fortaleza con forma de L, y una muralla almenada, en la cual hay una torre redonda que remata cada una de sus 5 esquinas. En medio del recinto hay un patio de planta cuadrada en la que se encuentra una gran torre del homenaje rectangular.1
El castillo fue construido en el siglo XIII, en tiempos de la reconquista. Pedro González del Castillo fue posiblemente el fundador de Santiago de la Torre. Dependiendo primero de la Orden de Santiago en el siglo XIV, pasó a D. Juan Manuel y al Marquesado de Villena y luego a los Reyes Católicos. Además dio origen a la aldea de Santiago de la Torre y la ermita que lo circunda, cuya diócesis estaba vinculada a El Provencio.
Sobre el año 1955, se celebró unos años una romería desde El Provencio, pero duró muy poco. Unos dicen que el motivo fue que tiraron en plan de juerga al cura al río y otros porque siempre apedreaba.
Fue restaurada por última vez en el año 1973 y desde anteriormente no se realiza ningún acto religioso.
Estado de Ruina[editar]
Tras su abandono en el siglo XX y su desaparición como aldea, el castillo es reconvertirlo en una casa de labor.
A pesar de conservar la mayor parte de su fábrica exterior, en los últimos años ha sufrido un gran deterioro por el abandono el expolio y el vandalismo al que ha sido sometido. El interior está completamente arruinado, la torre del homenaje convertida en palomar, la muralla externa tiene numerosas ventanas y puertas modernas, ha desaparecido gran parte del adarve con sus elementos defensivos, y en diciembre de 2011 se vino abajo un lienzo de muralla.
La propiedad del mismo recae en 81 herederos, lo cual dificulta a las autoridades locales su protección.
La ermita tuvo peor suerte, en enero de 2002 es totalmente desmantelada quedando solo las paredes. Los vecinos no se lo creían ni sabían a que se debía, parece ser que fue obra de su “dueño”, si es que lo tiene, porque la Iglesia no supo nada.
El 24 de febrero de 2018, un acuerdo entre el Ayuntamiento de San Clemente y El Provencio, permite realizar un análisis histórico y arqueológico general del complejo, valorando sus patologías y necesidades para una eventual restauración.2
El 15 de agosto de 2018, el Ayuntamiento de El Provencio anuncia que se ha conseguido un acuerdo con gran parte de los dueños del castillo para que sea donada su parte a El Provencio para que se encarguen de acometer la imprescindible restauración. Lo que permitirá que sea recuperado y darle un uso cultural para la región.3
A finales de agosto, se anuncia desde el Ayuntamiento de El Provencio, que ya se ha conseguido la adquisición del 75% del castillo y que se están realizando los trámites para su restauración.4
















CENTRO CULTURAL VICENTE GARCIA
San Clemente (Cuenca) cuenta con dos edificios culturales dedicados a su exalcalde Vicente García y a Adolfo Suárez El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, ha participado este martes en la dedicación de dos edificios culturales al que fuera alcalde de San Clemente (Cuenca), Vicente García y otro dedicado al expresidente del Gobierno de España, Adolfo Suárez. Tirado ha señalado que “es un honor” participar en la dedicación de estos dos edificios, uno la antigua cárcel, en la actualidad un centro de actividades culturales, en recuerdo y homenaje del que fue alcalde de San Clemente, y la Real Iglesia, en la actualidad dedicado a centro de enseñanzas y actividades culturales, al expresidente del Gobierno. Tirado ha definido a Vicente García como “una persona querida y respetada por sus amigos e incluso por sus adversarios, era un caballero de la política, he oído hablar muy bien de Vicente Gracia en todas las provincias de Castilla-La Mancha” y ha añadido que “la familia podéis estar muy orgullosos”. “Suele decirse que nadie muere del todo mientras no se le olvida, y en ese sentido el alcalde seguirá viviendo en el recuerdo de los vecinos de San Clemente a través de este edificio que desde hoy llevará su nombre”, ha dicho Tirado, según han informado las Cortes en nota de prensa. Tirado, ha tenido palabras de reconocimiento a la labor de Vicente García de quien ha dicho que “era uno de esos alcaldes entregados con entusiasmo a labor municipal, y hoy recibe el justo reconocimiento de su entrega, como una recíproca muestra del cariño que él derrochó con su pueblo”. “Sin duda, él se sentiría enormemente orgulloso de este homenaje que hoy le tributáis, y que demuestra que los vecinos de San Clemente sois una gente agradecida y el ‘Centro Cultural Vicente García’ unirá para siempre el nombre del alcalde con el presente vivo de su pueblo, en el más hermoso homenaje que cabe imaginar”, ha dicho. Por otra parte se ha referido al centro que se ha dedicado al expresidente del Gobierno de España y ha indicado que es “una iniciativa extraordinariamente acertada”. “Adolfo Suárez es un nombre que evoca ideas de concordia, de moderación y de fe en las libertades y en la Democracia, virtudes reconocidas incluso por la mayor parte de sus entonces adversarios políticos”, ha aseverado y ha añadido que gracias a su visión política y a su arrojo personal, fue posible la Constitución, la Democracia y el actual Estado de las Autonomías. A su juicio, este gesto no honra solo a Adolfo Suarez, sino que enaltece a los propios vecinos de San Clemente, al constituir “una muestra de gratitud y generosidad para con la figura política a la que tanto le debemos todos los españoles”.






CENTRO CULTURAL TOMAS REDONDO
El que durante 33 años ha sido el director de la Agrupación Musical de San Clemente, Tomás Redondo (San Clemente 1955) fallecía esta mañana en el hospital de Villarrobledo a consecuencia de la Covid-19.
Con 66 años de edad, a Tomás Redondo apenas le ha dado tiempo a disfrutar de su jubilación. Fue en diciembre del año pasado cuando dejaba su cargo al frente de la banda de su querida Agrupación Musical 'San Clemente de La Mancha', después de toda una vida dedicada a la música “y al pueblo de San Clemente”, señala en un comunicado el ayuntamiento de la localidad.
Como director de la banda cogió el testigo que dejó su padre, Tomás Redondo Jávega, en 1987 y desde entonces hasta que a finales del pasado año se retiró no ha dejó de trabajar ni un minuto para situar a la agrupación musical como referente de la calidad bandística de la región y colocarse además entre las más destacadas del panorama nacional.
Así lo acredita su amplio palmarés de premios, algunos de gran prestigio internacional como por ejemplo la medalla de oro del Festival Internacional de Música World Music Conteste de Kerkrade (Holanda)
“Tomás Redondo es patrimonio de San Clemente, ahora tu música sonará desde lo más alto, al mismo nivel donde tú dejaste la música y la cultura del municipio”, apuntaba la alcaldesa de la localidad, Charo Sevillano, en el programa de despedida que le han dedicado en la radio Municipal a este gran músico que el pasado año recibía el título de Sanclementino 2019.
“Era muy querido entre sus vecinos, una gran persona, con su eterna sonrisa, maestro de maestros. Ha inculcado el amor por la música a varias generaciones, y deja un legado musical y personal difícil de olvidar”, señalan desde el Ayuntamiento.
Y es que además de director de la banda desde 1987 Tomás Redondo compaginaba esta tarea con la docencia en la Escuela de Música de la Agrupación, de la que han salido grandes músicos profesionales, además de alimentar la cantera de la banda local que en este periodo se ha triplicado hasta alcanzar los 150 músicos.
La alcaldesa, en nombre de todo el equipo de Gobierno trasladan desde estas líneas su más sentido pésame a su familia y a toda la familia de la Agrupación Musical San Clemente de La Mancha.
El funeral tendrá lugar este sábado en la Iglesia Parroquial Santiago Apóstol de San Clemente



CONVENTO DE LAS TRINITARIAS
Monjas Trinitarias de San Clemente, Cuenca por Administrador | Oct 18, 2017 | Conventos del mes | 1 Comentario
Orden a la que pertenecen y su carisma Nuestro Monasterio pertenece a la Orden de la Santísima Trinidad de Redención de Cautivos. Nuestro carisma es la gloria y adoración al Misterio Trinitario y la redención de los cautivos, especialmente de las nuevas cautividades. En el Directorio General de la Orden figura este proyecto de vida: “…queremos ejercer con toda nuestra vida un auténtico apostolado redentor en el mundo, cooperando, desde nuestra vida de oración y de cotidiano holocausto, para que la edificación de la ciudad terrena se funde siempre en el Señor”. Fundación de la comunidad La comunidad la fundó el año 1588 un hijo del pueblo, canónigo de la catedral de Salamanca, Don Francisco Sánchez, que cedió unas casas que había heredado de sus padres. Ese fue el inicio del Monasterio actual con el título de la Santísima Trinidad. Las primeras monjas fueron siete monjas jóvenes que vinieron del monasterio de Villoruela, pueblo cercano a Salamanca, donde residía nuestro Fundador. Como el Fundador era de San Clemente, rápidamente entraron a formar parte de la comunidad varias jóvenes del pueblo y de la familia Sánchez. Tanto entre las primeras Hermanas de la fundación como después, hubo muchas monjas santas, pero, ocupadas en su propia santificación y en cooperar en la santificación de las demás, no dejaron apenas escritos. Es destacable que, al año de la fundación, ya formaban parte de la comunidad 80 religiosas. Edificio y sus características destacables Aunque el convento es alegre y muy sano, con ventanales grandes en todas las habitaciones, nada tiene digno de destacar en lo que se refiere a riqueza o arte. Historia breve de la Comunidad A los pocos años de su fundación, la comunidad tuvo la primera visita reglamentaria, realizada precisamente por el Prior del convento trinitario de Cuenca, Fray Simón de Rojas, que en 1988 fue proclamado santo por el Papa Juan Pablo II. San Simón de Rojas visitó, al menos, en otras dos ocasiones la comunidad de San Clemente en calidad de Visitador y Provincial de la Provincia trinitaria de Castilla. La comunidad trinitaria de San Clemente ha dado muestras de una gran vitalidad a lo largo de su historia. Lo muestra el gran número de monjas que han pasado por el monasterio y el hecho de que se extendió con las fundaciones de La Roda (Albacete) y de Cálig (Castellón) y reforzó la comunidad-madre de Villoruela (Salamanca). No le han faltado pruebas de gran calado, como las sufridas en el XIX, a consecuencia de las leyes de desamortización y supresión de conventos, y en el trienio 1936-39 durante la guerra civil española. En ambos casos fue muy intenso el sufrimiento de verse obligadas a salir de su monasterio e iniciar un camino de calvario; pero sobreabundó la alegría de poder volver a reunirse la comunidad con la riqueza de una experiencia de la protección amorosa de Dios, que fructificó en fidelidad gozosa. La Comunidad en la actualidad En la actualidad la comunidad la componemos 10 monjas, cinco españolas, una india y cuatro de Madagascar. Las cinco últimas son las más jóvenes. Trabajo monástico que realizamos Nos dedicamos al bordado en blando y oro y también hacemos zurcidos, aunque actualmente tenemos trabajo tan solo para encargos muy puntuales. También hacemos sillitas para niños y tienen mucha aceptación. Ocasionalmente también hacemos dulces. Lo que deseamos y necesitamos es un trabajo que ocupe habitualmente a la comunidad.



ERMITA DE SAN ROQUE







ERMITA DEL RUS
A 9 kilómetros de San Clemente se encuentra el barrio que completa la totalidad de nuestra villa. En este paraje se instalaron nuestros primeros antepasados y de allí procedía la gente que un día decidió instalarse en un lugar más llano y fundar la actual San Clemente. En los alrededores aún se pueden ver, incluso a simple vista, vestigios de las culturas que antaño lo habitaron, desde íberos hasta almohades.
Auténtico oasis en medio de la llanura manchega, remanso de paz donde pasar una jornada tranquila en compañía de familia y amigos.
Lugar también de devoción a una de nuestras más queridas e ilustres vecinas, la Virgen de Rus, y escenario dos veces al año de nuestras romerías multitudinarias, donde festejamos a nuestras dos patronas, la Virgen de Rus y la Virgen del Remedio.
El culto a la Virgen de Rus está atestiguado desde antes de la presencia musulmana en la península y se han encontrado restos de la existencia de una antigua ermita visigótica.
Lugar también donde se dan cita numerosas leyendas que se remontan a épocas antiguas, como la referente a la Cueva de la Mora y a la desdichada mora encantada que la habita y donde se decía que se escondió un tesoro para protegerlo de los musulmanes. En esa misma cueva un pastor encontró la talla de Ntra Sra de Rus y tuvo una aparición de la Virgen, que le pidió que le fuera erigida una ermita en aquel mismo lugar. También en Rus una víspera de Todos los Santos se paseó por los cielos de aquel paraje el mismísimo diablo.
Leyendas y tradiciones que se cuentan de padres a hijos y mantienen vivo el encanto y la magia que habita en este lugar tan especial para los sanclementinos.
Es sin duda la cita más multitudinaria de todo en año, la romería de esta “Venida de la Virgen” se espera que congregue a más de 15.000 personas en San Clemente en un único fin de semana. La primera parte de la romería de la Virgen de Rus, es una cita que se consolida cada año y que refuerza al turismo como un motor económico cada vez más destacado en la localidad.
64.000 euros por las andas
El domingo de Resurrección, como pistoletazo de salida de cada primavera, se celebró en la localidad la ‘subasta de las andas’ que este año ha rematado en 64.000 euros la cuadrilla de Javier Cañadas.
A continuación ha comenzado la subasta de la Santa Cruz, que este año la ha rematado José Mesas por 12.000 euros.
Historia de la Romería
La romería de la Virgen de Rus consta de dos fechas en las que se intercambian las imágenes de dos vírgenes portadas a hombros de 24 hombres. La cuadrilla de hombres escogida cada año es aquella ganadora de una puja pública en celebrada en los soportales del antiguo Ayuntamiento renacentista en la Plaza Mayor de la localidad, ante la vista de todos los vecinos y con los tiempos marcados por el reloj de la torre del Ayuntamiento. Es la ‘subasta de las andas’ por el tradicional sistema de pujas a la llana.
En la ‘Venida de la Virgen’, la primera cita, siempre el domingo siguiente al Domingo de Resurrección, los portadores trasladan de San Clemente a Rus a la Virgen de los Remedios, que descansa todo el año en la localidad. Los 9 kilómetros que separan los dos parajes se recorren corriendo entre vítores y cánticos. Los jóvenes de la localidad, la comarca y visitantes ayudan a la cuadrilla de portadores a realizar este trayecto para paliarles el esfuerzo que tendrán que hacer durante la larga jornada. Una vez en el Paraje de Rus, en la subida hasta la ermita donde descansa todo el año la Virgen de Rus, patrona de San Clemente, las mujeres llevan a hombros a la Virgen del Remedio.
Ya en la Ermita de Rus, se celebra una misa al aire libre con ambas vírgenes presentes, y los sanclementinos y visitantes disfrutan de una mañana en el campo entre almuerzos a la brasa y decenas de feriantes. Al mediodía, la Virgen de Rus sale a hombros de sus fieles devotos camino de San Clemente, de nuevo, entre cánticos. A las dos de la tarde la Virgen suele llegar a la entrada de San Clemente y se le quita el protector del camino para realizar una procesión entre pasodobles hasta la Plaza del Convento de Carmelitas. Rozando las tres de la tarde, los portadores entran a la Virgen de Rus ‘a la carrera’ dentro del convento a través de un estrecho pasillo de gente. Es una de las imágenes más impactantes y más multitudinarias de la romería. Esta misma noche, la Virgen de Rus sale en procesión de gala a hombros de los portadores cerca de las nueve de la noche y tarda varias horas en trayectos muy cortos marcados por los pasodobles, ya que el peso que soporta cada uno de los portadores es muy elevado. En las puertas de la Parroquia de Santiago Apóstol los portadores la ‘bailan’ con alegría entre ‘Guapa, guapa y guapa’, y una vez en el interior de la iglesia suena el himno nacional mientras la Virgen de Rus avanza entre una multitud.
Pasados 40 días, el primer lunes siguiente, se celebra cada año el ‘Día de Rus’, una celebración que realiza a la inversa el intercambio de imágenes. Ambas esperarán un año, al igual que los sanclementinos, hasta que llegue de nuevo la primavera y su romería más arraigada y fervorosa.



























IGLESIA DE SANTIAGO
a iglesia parroquial de Santiago Apóstol es una iglesia española de estilo principalmente renacentista del siglo xvi, pero también con elementos góticos de su inicio en el siglo XV y aportes barrocos en su finalización en el siglo xvii. Es una iglesia de planta basilical de tres naves con enormes pilares y capiteles de volutas, sobre los cuales, se apoya un notable conjunto de cúpulas estrelladas.
Pertenece a San Clemente, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980.1 La iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en 1992.2
La obra actual fue comenzada por los pies del templo, por un maestro de obras de origen vasco, llamado Domingo de Mestraitua.3 Sin embargo, a mediados del siglo XVI el arquitecto Andrés de Vandelvira daría las condiciones para un nuevo proyecto. Posteriormente, en 1560, el Concejo de San Clemente encargó la finalización de las obras al maestro Juan de Orzollo, que introdujo importantes cambios. Orzollo levantó a una misma altura las tres naves sin tener en cuenta lo edificado anteriormente, emplea columnas jónicas y bóvedas de terceletes y en el crucero estrellada. Sin embargo, Vandelvira pensó poner pilares corintios y cerrarla con bóvedas baídas y cúpula en el crucero.
Descripción arquitectónica[editar]
El templo consta de tres naves (nave central y dos laterales) divididas en cinco tramos. Los dos primeros de estilo renacentista construidos en sillar; los tres últimos tramos, la fachada occidental con su torre y la portada sur, pertenecen a la fábrica gótica y están construidos en sillarejo y sillar en las esquinas. Se aprovechó el espacio entre los contrafuertes para la construcción de capillas.
En el interior es una iglesia de planta basilical con enormes pilares con capiteles de volutas con modillón, sobre los cuales se apoya un magnífico conjunto de bóvedas de crucería estrelladas. Los dos primeros tramos son de mayor altura, mientras los tres restantes son iguales.
Tiene un transepto marcado en planta, aunque no sobresale demasiado. Igualmente, en el interior cuenta con cuatro capillas laterales con bóveda de lacería, otra con cúpula de planta elíptica con casetones y pechinas de concha y otra con bóveda de cañón con casetones.
Las naves están separadas por seis columnas exentas, dos de ellas columnas acanaladas y las demás con baquetones adosados. En la parte de la cabecera, adosadas a ella, aparecen dos columnas más, que tienen a su vez columnillas. Los capiteles son jónicos con volutas y los arcos de las naves son apuntados en el tramo de la cabecera y de medio punto en el resto del cuerpo.
El tratamiento tan clásico de su cabecera, en su exterior, obedece sin duda a un planteamiento urbanístico de la plaza, para cerrar en armonía con el Ayuntamiento. Tiene forma de testero recto, con contrafuertes en el exterior de gran envergadura. En el interior se despliega un impresionante retablo barroco en el altar mayor, reconstruido siguiendo las líneas del anterior retablo quemado durante la Guerra Civil Española. El retablo presenta forma de enorme arco de medio punto, quedando dividido en cinco tramos.
La sacristía es de planta rectangular y se cubre con bóveda de medio cañón con casetones en piedra y los cajones alojados en los nichos, donde se conserva la única pieza del altar mayor original.
Tiene dos portadas que dan a la plaza Mayor y a la plaza de la Iglesia. La portada norte se abre a la plaza Mayor a través de un arco triunfal de gran profundidad en su bóveda de cañón y decoración clasicista. Presenta un frontón partido, sustentado primero por un cimacio y un capitel sin volutas. Entre el frontón, un friso con pilastras y conchas. Arriba, un frontón triangular con dos columnas en el centro, donde aparece la figura de San Pedro dentro de un medallón.
La puerta que da a la plaza del Posito tiene una decoración con arcos conopiales (arcos formados por dos curvas una convexa y otra cóncava y que en su unión forman un ángulo agudo, de estilo flamígero proveniente del último periodo del gótico español). Más arriba presenta un arco de medio punto con arquivoltas muy pequeñas. Tanto los arcos de medio punto como los arcos conopiales están sustentados por pilares muy finos con capiteles jónicos. En el centro aparece la figura de La Virgen Maria como Reina del Cielo rodeada por seis ángeles y en la parte baja, sobre la puerta de entrada, la imagen de Santiago Apóstol apoyado en su bastón.
La portada de la Plaza de la Iglesia (Sur) tiene una decoración con arcos conopiales (aspecto es similar a la llave mecanográfica ( { ) con la escotadura hacia arriba). Más arriba presenta un arco de medio punto con arquivoltas muy pequeñas. Tanto los arcos de medio punto como los arcos conopiales están sustentados por pilares muy finos con capiteles jónicos. En el centro aparece la figura de La Virgen María como Reina del Cielo rodeada por seis ángeles y en la parte baja, sobre la puerta de entrada, la imagen de Santiago Apóstol apoyado en su bastón.
En el interior, las puertas son de madera y ocupan parte de las naves laterales, siendo rematadas por seis pináculos, tres a cada lado. En ambas, aunque sobre todo en la puerta de la plaza de la Iglesia, se pueden apreciar los restos dejados por los balazos recibidos durante la Guerra Civil Española.
Las ventanas de la iglesia están construidas, en su mayoría, con triple vano y divididas por columnas con capitel corintio y con terminación de arco de herradura. En la parte superior, presentan tres círculos, quedando el central de mayor amplitud que los otros dos.
Sobre el pielero se lanza una torre de sillar de tres tramos, con escalera de caracol adosada, cuatro huecos por cara y cornisa de separación. En el último tramo se abre el campanario.
En el exterior, situada en el muro sureste se alza, a los pies de la Iglesia, la Cruz de la Pasión, que data del siglo xviii. Su estilo se encuentra muy próximo a la cruz que se encuentra en la ermita de las Angustias, en la ciudad de Cuenca. Es interesante el detalle de la mano labrada en la zona de cruce de ambos lados de la cruz, detalle que está relacionado con algunas historias que hablan de un joven que escapo del demonio colocando su mano sobre la cruz y rogando a Dios le prestara su ayuda.
Capillas[
En el interior de una de las capillas se encuentra una hermosa cruz de alabastro, con cerca de tres metros de altura, es una joya escultórica de finales del siglo xv, realizada en alabastro con una clara influencia en el tallado de sus relieves y figuras del estilo gótico-flamenco. El programa iconográfico que rodea a toda la cruz es muy variado, destacando los santos apóstoles con sus atributos iconográficos. La cruz se remata con las imágenes de Cristo crucificado y la Virgen con niño en el otro lado de la cruz (sorprende ver a una Virgen en lo alto de la cruz), todo ello acompañado por angelitos. Se desconoce el autor, aunque pudo ser algún maestro flamenco de los que trabajó en la catedral de Cuenca a finales del siglo xv. Originalmente estuvo en la ermita de San Roque, situada en las afueras de San Clemente, ya que se trataba de una cruz de término, que marcaba la salida y la entrada a la villa.
En otra de sus capillas se puede observar la imagen más antigua de la iglesia, una Virgen de las Nieves, que data del estilo románico del siglo xi-xii, que se encuadra dentro de una pequeña bóveda de cuarto de cañón.
La capilla correspondiente al último tramo, propiedad de Pallarés, fue reformada en los años setenta del siglo XVI por el cantero Domingo Zalbide,4 cubriéndose con cúpula con casetones.



















